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10/2/2018

Historia de la imprenta en Barcelona

La Imprenta llega a nuestro país gracias a la importación de otros países. En concreto, la imprenta en Barcelona no llegaría a implantarse hasta el último tercio del siglo XV, directamente desde Alemania. Esto lo sabemos gracias a la documentación que dejaron 4 célebres impresores catalanes: Pere Miquel, Pere Posa, Gabriel Pou y Bartomeu Labarola).

La mejor manera que tenemos de verificar este fenómeno lo encontramos con una edición impresa de Tirant Lo Blanc, de Barcelona del año 1497. Se puede comprobar que en esta impresión participaron editores de renombre, como el francés Carmini Ferrer, los dos catalanes Pere Duran y Joan Trinxer, el impresor castellano Diego Gumiel, otro castellano Sebastián de Escocia y el italiano Mateo Bonet.

Es curioso cómo, a pesar de que la imprenta se implantó directamente desde Alemania, en la edición de la obra anterior no participó ningún alemán y eso teniendo en cuenta que los editores alemanes eran muy numerosos.

En Cataluña, en concreto en la ciudad de Barcelona, fue el lugar en el que se imprimió el primer libro; se trataba de una edición de los Rudimenta Grammaticae (Niccolò Perotti) y que tuvo por fecha el año 1475. El libro original fue encontrado en una playa de Barcelona y formaba parte del botín de un barco pirata que fue capturado.

Por otra parte, el primer libro en catalán que se imprimió en Barcelona y en Cataluña fue una traducción del “Regiment de Princeps” (Egidio Colonna). Fue impreso en el año 1480, aunque más adelante fue reeditado por Joan Leuschner en el año 1498, también en Barcelona.

La edición en otros tiempos

Antes de la llegada de la imprenta en Barcelona, la edición pasó por diferentes procesos:

·Renacimiento: Según las referencias con las que se cuentan, entre los años 1501 y 1520 aparecen 153 títulos en Barcelona (lo que viene a decirnos que el ritmo de escritura estaba en torno a 7,6 libros por año). Sin embargo, los datos de aquella época no eran muy exactos y tampoco se sabe si se incluyeron o no los libros importados.

Las lenguas de por aquel entonces experimentaron cambios muy importantes: en la primera mitad de siglos se escribían los libros en un 46% en catalán, un 40% en latín y un 15% castellano. De cara a la segunda mitad, el castellano alcanzó el 55%, mientras que el latín se redujo al 25% y el catalán al 18%.

·Barroco: En este periodo del tiempo se produce un retroceso importante en la extensión del libro. Y es que se aplicarían todo tipo de restricciones legales, censuras, costes o impuestos. Más de 4 de cada 10 libros estaba relacionado con la religión (obras de devoción, sermones, piedad, tratados teológicos…). La novedad en este momento del tiempo es que aparecen nuevos recursos como las “descripciones”, “cartas, “nuevas”, “relaciones”.

·Edición neoclásica e ilustrada: El panorama de la edición cambia de nuevo a lo largo del siglo XVIII después de la Guerra de Sucesión, con las consecuencias que esta tuvo para Cataluña. Esto supone la implantación de la legislación castellana sobre el libro, muy restrictiva y se le concedió a la Universidad de Cervera el derecho de escribir los libros destinados a la enseñanza.

·Siglo XX: A pesar de ser un siglo predominado por 2 dictaduras, la actividad de la editorial en Barcelona presenta muchos aspectos destacables. Aparecen los folletos publicitarios, permanecen algunos nombres del siglo anterior (como Simón, España o Salvat) y todo se prepara para dar paso a la imprenta en Barcelona y a lo largo de todo el país.

Esta es la historia resumida que ha dado paso a la imprenta tal y como la conocemos.